martes, 13 de marzo de 2012

Cauterets


Domingo 11 de Marzo del 2012

La mañana amaneció muy fría debido a la helada que había caído la noche anterior, lo que presagiaba que íbamos a volver a tener otro gran día de esquí por delante, el despertador sonó a las 7:30, nos pusimos en pie, y comenzamos con a recoger dado que teníamos que dejar el apartamento limpio y recogido.



Sobre las 9:00 ya estábamos todos en los coches con destino a Cauterets,  tras atravesar un pequeño puerto , en aproximadamente 40 minutos estábamos todos allí, teníamos miedo a la hora de buscar aparcamiento, dado que anteriores ocasiones habíamos tenido serios problemas, pero esta vez hubo suerte.

Cauterets es una de las estaciones de esquí de los Pirineos con más glamour y prestigio. Se trata de una gran estación tremendamente completa ya que posee partes empinadas en plena pendiente donde practicar el esquí alpino con todo tipo y dificultad de pistas, y también, largos recorridos para esquí nórdico y de fondo. Además, últimamente , Cauterets es una estación que se ha abierto a las nuevas disciplinas como el snowboard, halfpipe y demás formas de esquiar.



La estación también es muy famosa por las actividades que se pueden realizar después de esquiar. Para ello el pueblecito de Cauterets ha cuidado sus servicios y la acogida del turista. Múltiples actividades lúdicas y culturales existen, para grandes y pequeños.



Cauterets posee 36 kilómetros de pistas señalizadas, divididos en  21 pistas (5 verdes, 7 azules, 7 rojas, 2 negras a las que se accede gracias a 2 telecabinas, 4 telesillas y 6 telesquíes.

El precio de forfait es de 31,5 euros al que has de sumar 3 euros si quieres disponer del seguro, dado que en Francia el rescate en pistas no esta incluido en el precio.



La jornada comenzó en dos equipos por un lado los esquiadores y por otro los snowboards al que se unió Juampa, nosotros los esquiadores disfrutamos de la mañana, la calidad de la nieve era bastante superior a la del día anterior en la Mongie, dado que esta estación tiene una cuota más alta y además esta muy resguardada por montañas.




Al cabo de unas dos horas  ya teníamos más hambre que ganas de esquiar, por lo tanto decidimos buscar un sito bonito y parar comer un aperitivo, a alguno del equipo no le hacia mucha gracia lo de parar, pero en cuanto saque la cecina de la mochila, cambio de opinión rápidamente,  justo cuando nos íbamos a marchar, aparecieron el otro equipo, nos sacamos unas fotos y decidimos pasar lo que restaba del día juntos.

Después de un par de bajadas, al otro equipo le entro hambre y volvimos a por el segundo bocata, esta vez bajamos a la parte inferior de la estación donde están ubicados los bares y restaurantes, aprovechamos para descansar y tomar un poco el sol, Juampa se quedo medio adormilado y no quiso continuar con la jornada de esquí.



Por la tarde en mi opinión fue lo mejor del fin de semana, la nieve se estaba volviendo primavera por momentos, pero todavía había alguna pista que se mantenía en buenas condiciones, por lo tanto la opción era repetir el mismo trayecto una y otra vez. La tarde se convirtió en una fiesta, risas por ahí, caídas por allá, videos, hasta nos ánimos como traca de colofón de fin de viaje a visitar la zona de Freestyle de la estación, realizamos unos saltos, eso si, despacito, para evitar hacerse daño y con las mismas nos dirigimos al teleférico que nos conducía al coche.




El viaje de vuelta no tubo nada de especial, había ganas de llegar a casa, por lo tanto solamente realizamos las paradas obligatorias para repostar los vehículos, antes de las 10 de la noche ya estábamos todos descansando en nuestras casas y recordando el buen sabor de boca de nuestro viaje a la nieve.



lunes, 12 de marzo de 2012

La Mongie

Sábado 10 de Marzo del 2012

Primer viaje del año a la nieve con los colegas…



Nuestro viaje comenzó el viernes por la tarde, lo teníamos todo bastante organizado, unos se encargaban de realizar al compra, otros de ir preparando las bacas y cargando los equipos de esquí… El objetivo era salir a las 6:00 de Santander, como siempre las previsiones fallaron, y nos pusimos en ruta sobre las 8:00, ya con un par de cervezas encima.

Sobre las 10:00 llegamos a Irun, paramos a repostar nuestros coches, dado que la gasolina en Francia es bastante más cara, aprovechamos para comer unos bocatas de tortilla del Manila, y avisar al apartamento que íbamos a llegar tarde.




El viaje trascurrió con normalidad, y sobre las media noche ya estábamos en los apartamentos de “El domaine Val du Roland”, en Luz Saint Sauveur, la recepción ya estaba cerrada pero nos dejaron una nota con el número de nuestro apartamento, no tardamos en localizarle y acomodarnos, no habían adjudicado un ático para 8 personas, bastante moderno, comodo y además disponen de un pequeño Spa, nuestro problema fue que no nos dejaron sabanas ni toallas, cosa que no nos hizo ninguna gracia.



A la mañana siguiente a las 8:00 ya estaban todos arriba preparándonos, La Mongie-Barèges se encuentra situada a los pies del Pico del Midi de Bigorre, y forma el dominio esquiable del Tourmalet con casi 100 Km, el mayor área esquiable del Pirineo francés. El Tourmalet es conocido sobre todo por el Tour de Francia y por sus larguísimas escaladas donde los Merx, Hinault, Fignon, Perico Delgado, Lemond, Indurain o Armstrong han marcado épicas páginas de ese deporte tan duro que es el ciclismo. Hoy es visita obligada para los cicloturistas que en verano pueblan todas las cumbres pirenaicas, antes y después de la disputa del Tour.

El acceso se puede realizar por dos puntos. En la entrada por el Oeste se encuentra Barèges, una bella localidad de arquitectura tradicional pirenaica. Por el Este, La Mongie es una estación de esquí moderna situada a píe de pista en un ambiente de alta montaña. Esta estación tiene algo que ofrecer para todos los gustos, desde el esquí o el snowboard a paseos con raquetas o con trineos de perros.



La estación costa con 69 pistas de todos los niveles y gustos. 40 remontes mecánicos (1 telecabina, 1 teleférico, 13 telesillas, 23 telesquíes, 2 escaleras mecánicas.

Nosotros aparcamos el coche por el lado Oeste cerca de Barèges, nos preparamos y fuimos a buscar los fortfaits, las tarifas son de 35,5 € al que hay que sumarle 3 si quieres disponer de seguro, opción recomendable dado que en Francia el rescate en pista no esta cubierto.



Empezamos la jornada todos juntos cogiendo el primer telesilla que vimos, todos teníamos muchas ganas y el día no podía se mejor, algunos hasta habíamos prescindido de utilizar el gorrito, la primera bajada fue bastante dura, nos topamos con una pista sin pisar, y con bastantes bañeras, digamos que las piernas cogieron temperatura rápidamente, nada más terminar el descenso nos dirigimos a un teleski, en el que nos separamos del borderteam dado que no permitían el ascenso a snows.

Quedamos con ellos a las 2:00 para comer todos juntos en Barèges, y empezamos a disfrutar de nuestro día de ski, nos dirigimos hacia el este para visitar la zona más conocida y comercial de la estación, rápidamente llegamos y empezamos a recordar un viaje que realizamos hacía ya unos años a un apartamento bastante siniestro.



Debido al calor que hacía la nieve estaba empezando a convertirse en primavera, pero todavía permita el disfrute del ski.

Enseguida llego la hora del bocata, nos dirigimos al punto de encuentro y allí nos volvimos a reagrupar todo el equipo, devoramos nuestros bocadillos, continuamos con nuestra jornada de esquí, ahora si, todos juntos.




Sobre las 4:00 las piernas ya empezaban a pedir un descanso, y no se lo negamos, bajamos al apartamento, algunos fueron directamente al spa, y otros decidimos ir a visitar el pueblo, allí venden todo tipo de productos tipos como salchichones y sus fantásticos quesos, eso si a precios bastante elevados, también visitamos unos grandes almacenes especializados en deportes de montaña, allí empezamos a babear dado que había prácticamente de todo, yo no me podía marchar sin nada en los bolsillos y me compre un mallón largo, en España son difíciles de encontrar.



Volvimos a apartamento donde Dani no estaba preparado una delicatesen de caldo de gallina, nos comimos una empanada que había preparado mi madre, decidimos que ya era hora de limpiar un poco, dado que se notaba que no nos habían acompañado las chicas, en menos de 24 horas lo habíamos ensuciado todo, la cosa es que la liamos un poco con el lavavajillas.



Por la noche unos nos fuimos a dormir y otros de fiesta, al día siguiente decidimos ir a Cauterets. 


miércoles, 7 de marzo de 2012

Ferrata de la Hermida


Domingo 4 de Marzo del 2012

El sábado cuando volvíamos derrotados de la dura ascensión a Porracolina, recibimos la llamada de Alicia, los dos sabíamos que ya había plan para mañana, descolgué el teléfono y contesté, las primeras palabras que oí fueron, ¿Qué hacemos mañana?. Nosotros estábamos muy cansados y decidimos hacer algo facilito, “La Ferrata de la Hermida”, ya la habíamos realizado anteriormente, pero que mejor forma de pasar el domingo, pusimos como condición quedar pronto para que nos diera tiempo a comer algo por ahí.





Quedamos a las 10:00 en nuestro punto habitual de encuentro, “la gasolinera de Puente San Miguel”, casualmente todos llegamos tarde, sobre las 10:30 nos montanos en la furgoneta de Ali, y pusimos rumbo a  la Hermida, el día estaba bastante claro, por lo que no dudamos en animarnos a realizar la actividad.



Las Ferratas, nacidas en Italia(Dolomitas) como medio de paso de los ejércitos, posteriormente se  han empezado a popularizar en países como Alemania y Francia, hasta que el año pasado se decidieron a instalar un par de ellas en Cantabria.

El itinerario discurre por varios muros de roca caliza de aproximadamente unos 20 metros cada uno, que nos permiten disfrutar a medio trayecto de las cuevas del Jabalí y Diosu. Posteriormente tenemos que realizar una larga pero a su vez sencilla trepada justo por encima del Balneario de la Hermida que nos conducirá al punto final de la Ferrata, la cueva Ciloña, de unos 70 metros de ancho por 25 de alto.



La Ferrata consta de un desnivel máximo de unos 700 metros, que posteriormente hay que descender por una pista que nos conduce a la carretera de Bejes, que sinceramente se hace bastante larga.

Antes de empezar la ascensión tuvimos que pasar por el caseto de la organización de la Hermida, para dar nuestros datos, y alquilar unas disipadoras para Mónica, allí nos comentaron que han empezado las obras para construir dos puentes tibetanos y que tenían previsto tenerlos terminados para Semana Santa, esto es un buena disculpa para volverse a animar a realizar esta actividad, dado que si dispones del material técnico que consiste en casco, arnés y disipadoras, es completamente gratuita.



Una vez equipados empezamos la aventura con muchas ganas, Carlos al comandaba la ascensión, antes de toparte con la primera pared de caliza, se ha superar unos 100 metros de desnivel, por una pista claramente marcada. Enseguida nos topamos con ellas y empezamos a utilizar nuestras disipadoras con bastante fluidez teniendo en cuenta que hacia prácticamente un año que no las utilizaba.



La ascensión fue bien hasta que llegamos a la cueva de Diosu, momento en el que empezó a llover, en este momento nos planteamos el abandono, pero no fue posible dado que habíamos superado todas las escapatorias, nos pusimos los chubasqueros y continuamos con la Ferrata.



La lluvia no nos daba tregua, y cada vez la ascensión se complicaba más y más dado que el terreno era muy resbaladizo, una vez superados los últimos muros de caliza, Carlos y Alicia decidieron adelantarse para esperarnos con la furgoneta en la carretera que va a Bejes, y así ahorrarnos media hora de caminata.



Cuando llegamos a la cima tienes una clara bifurcación a la izquierda hacia la cueva Ciloña y a la derecha hacia la Hermida, esta última fue la elegida, dado que con día que hacia no apetecía demasiado hacer turismo.

La bajada fue bastante complicada, casi todo el camino estaba muy embarrado y lo peor de todo resbaladizo, en unas dos hora ya lo habíamos completado, y allí estaban Carlos y Ali, con la calefacción atopeee.



Eran ya las 6:00 de la tarde y apenas habíamos comido nada, por lo tanto paramos en panes y nos comimos unas buenas tablas de quesos, embutidos, hasta unos callos, había que recuperar.




martes, 6 de marzo de 2012

Bustablado Porracolina Ason


Sábado 3 de Marzo del 2012

Hemos quedado con Cesar a las afueras de Santander a las 9:45, un poco tarde sabiendo que tenemos por delante una gran etapa, al llegar nos presenta allí a Marta, Sara y Javi, enseguida llega Adrián(viejo conocido de más de una batalla) con sus amigos Dani, Zaira y Yanira(Perrito). Quedamos en ir en tres coches, y pusimos rumbo a Ason, nosotros decidimos ir por el puerto de Alisas, dado que hacia un buen día para disfrutar de las vistas, los demás optan por ir hasta Ramales de ahí dirección Arredondo.






Llegamos a Ason, y nos dio tiempo para tomar algo en el bar, poco a poco fueron llegando los demás, aparcamos un coche en Ason, y nos dirigimos hacia Busatablado que es donde vamos a empezar nuestra ruta, hasta la famosa cumbre cántabra Porracolina.



Aparcamos en el ayuntamiento y comenzamos con dirección a la iglesia, enseguida dejamos atrás el cementerio del pueblo y la pista empezaba a pronunciarse, momento que aprovecharon varios de mis compañeros de viaje para estirar un poco, y quitarse algo de ropa, aun si saber la que nos esperaba.



Tras aproximadamente un kilometro abandonamos la carretera para tomar una estrecha pista a mano derecha, es una bonita senda que transcurre entre hayas que crecen entre lápices, formaciones muy características del valle del Ason.

Dado que la pendiente no nos daba un descanso, decidimos hacer pequeña paradita para disfrutar de las vistas, era un buen día no del todo claro, pero te permitía disfrutar de cierta manera de la amplitud del valle del Ason, con sus contrastes,  dado que las cuotas superiores aun se mantenían nevadas.




El campamento se levanto enseguida, se notaba que había ganas de llegar, continuábamos siguiendo la zona balizada por la famosa ascensión anual a Porracolina, de ahí empezó nuestra aventurilla, dado que al poco volvimos a encontrar una carretera y empezó el debate, “-la baliza marca por aquí”, “-si pero el GPS por aquí”, como siempre dejamos de lado la intuición humana y decidimos seguir a la maquina, decisión que nos arrepentimos rápidamente, dado que comenzamos la ascensión campo a través hacia la famosa cima, más de uno nos acordamos del que había subido la ruta y no la había detallado brevemente.



La idea era comer en la cima del Porracolina pero ya eran las tres de la tarde, teníamos unas bonitas vistas del pico, y teníamos mucha hambre, sacamos los bocatas y el silencia reino mientras devoramos nuestro almuerzo.

Dani nos comento que andaba un poco mal de tiempo que tenia que  currar a las 7:00 de la tarde en Santander, por lo tanto sin demora continuamos nuestra ruta hacia Porracolina, el camino cada vez hacía mas frío y había más nieve, se notaba que ya estábamos cerca de alcanzar los 1400 metros, por fin llegamos a la base pico, pero como andábamos un poco mal de tiempo la decidimos dejar para otra ocasión, nos pusimos las polainas, dado que en la otra cara de la montaña había bastante más nieve.



Miramos una y otra vez el GPS para intentar localizar la ruta, pero no había camino, por la tanto empezó la aventura, había unos grandes cortes en la roca que debíamos salvar, y empezamos a buscar la forma más fácil de supéralos, enseguida dimos con ellos, y continuamos perdiendo metros.

Justo después tuvimos que atravesar unas grandes cantidades de nieve acumulas en el valle, la nieve estaba muy blanda y había que tener cuidado de no dar un pisotón en falso, alguno aprovechamos para lanzarse como si fuera un tobogán,  cuando superarnos la nieve, llego un bosque, muy bonito donde puede ver por primera vez unos hongo muy extraños, nacen en la corteza de los arboles, pero son de una gran dureza, Sara me comento que una amiga suya los usaba en su casa de baldas, la verdad es que curiosos.



La teoría era seguir el cauce del río, que teníamos claro que llegaba hasta Ason, pero llego el momento en que lo teníamos que atravesar, el río bajaba con mucho caudal dado al deshielo, buscamos la mejor zona y con ayuda de un palo, lo conseguimos superar sin problemas.



Cuando habíamos  perdido la esperanza de encontrar en camino, nos topamos con él, después del día repleto de aventuras que habíamos tenido, ya parecía hasta aburrido seguir la senda que nos conducía al pueblo, pero por otro lado las piernas ya estaban algo casadas, y apetecía tomar algo en el bar. Pusimos la directa y no nos detuvimos hasta que topamos con el viejete autóctono muy simpático que nos conto alguna historia de sus buenos años.



Las ruta concluyo como han de terminar todas, con una buena cervecita en el Bar y una buena compañía, que más se puede pedir.



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