jueves, 3 de enero de 2013

Pasá del Picayo (San Esteban-Tresviso-Urdon)


27 de Diciembre del 2012

Por fin llegaron las esperadas vacaciones y que mejor forma de disfrutarlas que realizar una rutilla con unos buenos amigos, por lo que el miércoles noche aprovechando la partida de dardos, le comenté al equipo las intenciones de realizar una rutilla facilita por Liébana, la idea parece que gusto y enseguida ya éramos cinco personas.


Ya solamente quedaba decidir donde, yo tenía ganas de volver a visitar la Braña de los Tejos, pero me pusieron por condición, que debía de haber un bar en mitad de la ruta para recuperar fuerzas, por lo que decidí subir a Tresviso desde San Esteban por la “Pasá del Picayo”.


En 1991 la carretera llegó a Tresviso, hasta entonces se subía por dos caminos que competían en dificultad, el más antiguo y a la vez más espectacular partía desde San Esteban de Cuñaba y atravesaba la sierra de Cocón, este quedo abandonado cuando la empresa minera “La Providencia”  construyó el camino por la canal de Urdón.


El camino quedo en desuso y se convirtió en una ruta peligrosa que casi nadie se atrevía  a realizar, hasta que hace unos años el Parque Nacional, reinstalo varios cables y barandillas en las zonas más peligrosas.


Quedamos el jueves a las 9:00 de la mañana en mi casa, aunque éramos cinco, decidimos llevar dos coches, uno de ellos para dejarlo en Urdón y el otro en San Esteban, así evitar tener que recorrer los cinco últimos kilómetros por el desfiladero.


El equipo en esta ocasión fue puntual y sin pausa enseguida estábamos en ruta, Adolfo aparcó en Urdón y yo en San Esteban, todo salió según lo planificado y sobre las 11:00. La ruta parte del corazón del Pueblo, siguiendo  una pista asfaltada hacia la izquierda, que nos conduce entre castaños a una zona recreativa.


Hay que tener cuidado en este punto, dado que hay otro pista que nos conduce hacia la derecha y nos podemos desviar de nuestra ruta, nosotros tenemos que atravesar el río, siempre hacia la izquierda, a partir de este punto comienza la ascensión al primer collado.


Tras atravesar una serie de canales y collados nos topamos con una zona rocosa en la que esta instalada el primer cable, en este momento observe a mis compañeros, las sensaciones eran difusas, unos con cara de emoción y otros como el pobre Juampa, empezando a pasarlo un poco mal.


Superamos el tramo sin ningún problema dado que todos los pasos son extremadamente sencillos, y comenzamos a disfrutar de las impresionantes vistas del desfiladero desde la cima, aprovechamos para almorzar y recuperar fuerzas para afrontar tras una pequeña horcada el canal que da nombre a la ruta “Pasá del Picayo”.


Después de unas cuantas subidas y bajadas, llegamos al Canto de las Torcas, el punto más alto de la ruta, desde aquí al fondo ya podemos divisar Tresviso, descendimos como había prometido directamente al bar y recuperamos fuerzas con unos buenos Kalimochos y un buen queso de Bejes-Tresviso, allí nos encontramos con unos compañeros que habían realizado la ascensión junto a nosotros, les comentamos que íbamos a bajar por “La Senda de la Peña” dado que teníamos un coche allí era bastante más corto y les podíamos acercar, por lo que se animaron y tras comer comenzamos a descender por la antigua ruta minera.


La idea era visitar las antiguas minas, pero no íbamos demasiado bien de tiempo, por lo que dejamos para otra ocasión, enseguida nos topamos con los invernales de Prias, donde la pendiente se pronuncia, y comienza el zizageo hasta llegar al mirador de Pilatos, en este punto Adolfo empezó a sentir unas pequeñas molestias en su rodilla izquierda, y nos tomamos el descenso con más calma, hasta que nos día la noticia de que se le habían olvidado las llaves de su coche, dentro del mío, en este momento había que sumarle 5 kilómetros más a la ruta, por lo que le dejamos descender tranquilamente junto con Isa, y nosotros metimos una marcha más para evitar que se nos hiciera de noche.



Enseguida llegamos a la Central Hidroeléctrica de Urdón, donde nos estaban esperando, les contamos lo que nos había pasado, se rieron un poco de nosotros y nos pusimos en ruta junto con ellos para ir a buscar los coches, la verdad es que la sensación de caminar por el desfiladero no la recomiendo a nadie, los coches te pasan demasiado cerca, buenos mal que tuvimos suerte y cuando habíamos recorrido apenas un kilómetro, un chico nos acercó hasta San Esteban. Les invite para el viernes, pero parece que nadie tenía demasiadas ganas.



Regresamos a Urdón y Adolfo aún no había llegado, me empecé a preocupar un poco, por lo que enseguida preguntamos a unos chicos, y nos explicaron que había tenido problemas con su rodilla, que le habían hecho un pequeño vendaje con una camiseta, total que rápidamente retomamos la ascensión, para ver si le podíamos ayudar,  de camino nos encontramos con otro grupo y nos explicaron que le habían dado un antiinflamatorio, pero que ya se encontraba casi abajo, enseguida nos le encontramos cojeando un poco, pero perfectamente, por lo que lentamente llegamos a Urdón, donde nos despedimos hasta la próxima, tras haber superado unos 700 metros de subida y 850 de Bajada.  


2 comentarios:

  1. !Como las lías Chus! No te puedo dejar solo, jejeje

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    1. Ya te digo Carlos, con lo fácil que lo hacéis vosotros.

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