lunes, 20 de febrero de 2012

Barcena Mayor - Monte Guarda

Sábado 18 de Febrero del 2012

Por fin llego el día!, después de meses pensando que voy a ponerme, donde vamos, que nos haga bueno… Resumiendo el sábado tocaba hacerse el reportaje de pre-boda, y pensamos en realizar algo un poco diferente nos vestimos de un estilo puramente “vintage”  y nos fuimos a Barcena Mayor, eso si, con las botas y la ropa de montaña en el maletero por si acabamos pronto.




Las sesión finalizo sobre la 13:00 horas, nos despedimos y como hacia un día increíble, decidimos ir a comer y después hacer una pequeña ruta, el restaurante elegido fue el Mesón “El Puente”, dado que por 10 Euros se come bastante bien, mientras comíamos decidimos que íbamos a subir al “Monte la Guarda” (1085 metros), dado que todavía estaban las cumbres nevadas y seguro que disfrutaríamos de unas buenas vistas, una vez coronado el descenso lo íbamos a hacer por otro lado de la ladera para no regresar por el mismo camino, unas (3,5 horas calculamos que nos iba a llevar la travesía).




La ruta comienza justo al final de Barcena Mayor, dirección la zona de acampada, nada más superar las ultimas casas, hay un arroyo, ahí hay que desviarse hacia la izquierda por una rampa, donde se empiezan a ver las banderitas rojas y blancas que nos indican la continuidad del sendero.



Al principio nos llamó mucho la atención que a través del sendero fluía un riachuelo, pensamos que enseguida le abandonaríamos pero sin embargo nos acompañó durante toda la ruta,  por lo tanto recomiendo botas de montaña para realizarla.

Poco a poco fuimos cogiendo altura atreves de montes repletos de hayas, a la izquierda dejamos Bárcena Mayor, donde pudimos observar como prácticamente ya esta todo el pueblo restaurado, el día no podía ser mejor y estábamos disfrutando de la jornada.



                A medida que ascendíamos la nieve empezó a aparecer a los lados del camino, casi sin darnos cuenta todo se volvió completamente blanco, nosotros como seguíamos ascendiendo por el arroyo, por lo tanto no tuvimos problemas en continuar nuestra ruta.

                Los problemas empezaron en cuanto llegamos a la cima del monte Guarda, el arroyo se acabó y nos dimos cuenta que había mucha nieve para continuar nuestra ruta, intentamos avanzar pero había unos 20 centímetros, era tarde y no podíamos arriesgar, dado que no queríamos que se nos hiciera de noche. Decidimos la mejor opción, volver a bajar por el mismo sitio y ya lo volveríamos a intentar con más tiempo.


                La bajada fue muy rápida y en aproximadamente una horita ya estábamos en el coche, la ruta más o menos unas 3 horas, a nosotros no ha encantado.



jueves, 16 de febrero de 2012

Cabezera del Arroyo de Pandillo


Domingo 12 de Febrero del 2012.




La mañana amaneció muy fría, Mónica y yo nos miramos fijamente y nos dimos cuenta que ambos estábamos pensando en lo mismo “Vaya frio que vamos a pasar hoy”, desayunamos bien calentito, nos abrigamos y nos pusimos en marcha.



Habíamos quedado con Carlos, Ali, Oscar y Naghy en Saron, sobre las 9:00 de la mañana, cuando llegamos ya estaban todos allí esperándonos, les pillamos en las manos con un par de juegos de raquetas y crampones, nosotros no habíamos tenido tiempo para alquilarlos, por lo tanto esperamos que no habría demasiada nieve.

No sabíamos todavía muy bien dónde íbamos a ir, pero al final Carlos como siempre, propuso ir a la Vega de Pas, a visitar “La Cabecera del Arroyo de Pandillo” y a todos nos pareció perfecto, a mí me encanto la segunda parte del plan, comer un buen cocido montañés en “Casa Frutos” en la Vega de Pas.

Nos montamos los seis en la furgoneta y comenzamos la aventura, parecía que el día iba abriendo y el sol poco a poco se iba asomándose entre el manto de nubes, a medida que nos íbamos acercando se empezaba a divisar a los márgenes de la carretera un manto blanco.



No recuerdo a qué hora llegamos exactamente,  aproximadamente sobre las 10:00, nos empezamos a colocar todas las capas de abrigo que disponíamos, Mónica y yo estrenábamos nuestras polainas, y nos tuvieron que echar una mano para explicarnos como se colocaban (vaya montañeros)…

La ruta recorre uno de los afluentes que alimentan la cuenta del río Pas, el arroyo Pandillo, empezamos ascendiendo por el margen derecho repleto de jóvenes robles brotando en perfecto orden, una vez superado unos 200 metros de desnivel nos topamos con la pradería de Ruyemas, donde nos empezamos a encontrar grandes hayas, acebos y matorral de brezos y tojos. Desde esta explanada accedimos a un prado desde el que pudimos observar a lo lejos una gran cascada, bastante helada por las condiciones climáticas.
Ya habíamos completado la primera parte del recorrido, ahora nos tocaba regresar por el margen izquierdo, más sombrío y más boscoso, nos topamos con mucha más nieve, y en partes del recorrido te sentías como un gran montañero dado atravesabas zonas sin pisar, la sensaciones eran especiales, nunca había realizado una ruta sobre la nieve, y llevaba ya mucho tiempo con ganas.



Continuamos atravesando el bosque de hayas, hasta que llegamos a un claro en que intentamos divisar el pico Castro Valnera (1.708 metros), pero no fue imposible dado que se estaba metiendo la niebla por las cumbres rápidamente, Carlos me conto que el club Trajahierro estaba organizando un kilómetro Vertical, para coronar la cumbre.

Poco a poco fuimos ganando altura casi sin darnos cuenta, de repente se empieza a perder altura rápidamente hasta llegar hasta el punto inicial, se descienden uno 400 metros por una pista por la que va cambiando lentamente su color predominante de blancos por lo verdes del valle del Pas.



Tardamos aproximadamente una media horita en relazar el descenso, sin descanso nos cambiamos y salimos pitando hacia la Vega de Pas, para ver si nos  daban de comer dado que ya eran casi las 4:00, pero no hubo problemas, no comimos un buenas alubias con unos escalópines, para volver a entrar en calor después de un día tan frio.

Mina Cueva Lobeto - Otero

Sábado 11 de febrero del 2012  

Después de la junta anual del club celebrada el viernes,  había ganas de realizar alguna actividad y que mejor forma que preguntar a Ali, “¿Dónde vamos mañana?” –Yo en casa no me voy a quedar. Enseguida recurrimos a Carlos que como siempre ya tenía algo pensado, destino la cueva-mina de Lobeto, en la que podemos observar una rarísimas concreciones de óxido de cobre, que lo tiñen todo de colores azulados.



El sábado quedamos a los 12 un poco tarde para ver si se animaba Oscar y Naghy, como tenía bastante tiempo por delante decidí ponerme el delantal e intentar preparar una tortilla, el tiempo se me echo encima y enseguida prepare las cosas y me puse en camino hacia Puente San Miguel.

Allí me esperaban al final solamente Carlos y Ali, intercambiamos los trastos y enseguida pusimos rumbo hacia Otero, que es donde está ubicada esta mina-cuba.



Llegamos sobre la 13:00, hacia bastante frio, encontramos una caseta que habían prepara los obreros para refugiarse las inclemencias del tiempo, y decidimos comenzar a papear, la tortilla aunque un poco sosa, triunfo, guardamos un pedacito para merendar, tranquilamente nos preparamos y nos pusimos en rumbo, sin el equipo de verticales, dado que la cueva es horizontal.

Tras aproximadamente unos 25 minutos andando nos topamos con la boca de la mina, encendimos nuestras linternas y empezamos la aventura.



La visita comienza por una galería minera  algo deteriorada por el tiempo,  a unos 10 metros de la entrada hay una pequeña gatera con la que abandonamos la mina para dar acceso a la cueva, esta zona transcurre por el nivel freático, observamos las grandes crecidas de los días anteriores, enseguida abandonamos el cauce del río y nos empezamos a encontrar las primeras formaciones, estalactitas y macarrones bastante blancos, inmortalizamos el lugar con nuestras tres cámaras y continuamos el camino.

La cueva me estaba resultando muy fácil de seguir y tenía zonas muy bonitas, nos encontramos bastantes murciélagos, algunos de ellos demasiado gordos, por lo que suponíamos que estarían embarazados, Alicia desarrollo una teoría para poderles diferenciar el sexo.



Casi sin darnos cuenta llegamos al final de la cueva en la que nos topamos con las famosas formaciones azules de óxido de cobre, me quede un buen rato observándolas dado que nunca había visto nada parecido, todos nos queríamos sacar unas foto con un fondo tan especial, y a eso dedicamos por lo menos una hora, como los grandes fotógrafos pero sin tener ni idea, que si un poco más de luz, que si no te muevas…. Parecía que en la cámara las fotos se veían bien.




Decidimos ir volviendo poco a poco con el objetivo de encontrar las dos Simas de la cueva Lobeto II y III, la primera la encontró rápidamente Alicia, estaba apenas a 100 metros de donde nos encontrábamos, tras atravesar una gatera, y andar unos metros por un meandro, nos topamos con Lobeto III, una bonita sima de uno 15 metros más o menos.



Continuamos con el retorno, hasta que llegamos a la galería minera, ahora decidimos explorar un poco más, la mina tiene solamente unos 100 metros, se puede observar que ha entrado gente a posteriori a picar para extraer cuarzo, dado que abunda mucho.

Al cabo de 5 minutos volvimos a oír a Alicia que había encontrado Lobeto II, esta se encuentra al fondo de la galería minera a la izquierda, superando un nivel, una sima de unos 10 metros con un puente de roca.
Ya era hora de retornar, cosa que hicimos poco a poco, al llegar a la furgoneta merendamos y nos fuimos a visitar a Oscar y Naghy, para organizar la jornada del domingo.




martes, 7 de febrero de 2012

Palombera - Barcena Mayor


Domingo 5 de Febrero de 2012

                El viernes me acerque al club a devolver unas cuerdas del curso de espeleo socorro que había tenido que limpiar, allí me encontré con Ali y me comento que querían hacer algo este finde, para mi el sábado era imposible, así que quedamos en llamarnos.



                El sábado fue un día muy frio, no paro de nevar por toda la región, tendría que estar el monte precioso, sobre las 20:00, recibimos la llamada de Alicia, “¿Cómo quedamos?”, la pregunte por la previsión meteorológica y su repuesta fue, “Siempre se equivocan”, total que quedamos el domingo a las 9:15 de Puente San Miguel, nuestra base de operaciones.

                El Domingo nos costó madrugar, el despertador sonó a las 8:00 pero la sabanas se nos pegaron un buen rato, la sensación de frio y humedad nos iban a acompañar a lo largo del día.
                Como un buen reloj ingles a las 9:15 estábamos en el punto de encuentro, enseguida llegaron Carlos, Ali y Belen, el día no podía estar peor, lluvia, frio y viento, pero nosotros ahí al pie del cañón, nos montamos en el coche de Carlos sin aun definir destino, los lugar que más sonaron, Ason, Reinosa, Palencia…



                Bárcena Mayor fue el destino elegido, principalmente por su cercanía, como era muy pronto Carlos empezó a subir el puerto de Palombera, todavía quedaba nieve, aunque la que estaba cayendo poco iba a durar, paramos en el cañon de Palombera, un barranco que había realizado Carlos antes de que estuviera prohibido, sacamos unas fotos al último rapel, “El Pozo del Amo”, continuamos subiendo el puerto hasta que la carretera se puso un poco fea y decidimos retroceder e irnos acercando a Barcena Mayor a tomar algo.



                El pueblo estaba muy bonito, todos los tejados nevados, pero la lluvia no nos daba ni un descanso y lo único que podíamos hacer era correr de bar en bar, al tercero decidimos que ya era hora de comer algo, no nos lo habíamos ganado, pero apetecía algo caliente, en el Restaurante “El Puente” nos pusieron unas buenas alubias por 10 Euros, además comimos junto a un mirador donde se podía observar la violencia con la que bajaba el río, no paraba de crecer y crecer por momentos.




                Aprovechamos que nada más comer, la lluvia nos dio un respiro, nos dimos un paseo junto al cauce del río dado era impresionante, su violencia, enseguida volvió a llover con fuerza, y tuvimos que regresar el coche, en el camino de vuelta, nos topamos con numerosas cascadas, recordamos que la temporada de barrancos andaba cerca, seguimos de camino a casa, y seguimos viendo varios desprendimientos y a la altura de cabezón el rio Saja ya se había desbordado, en definitiva, “Un gran día para hacer un poquito de senderimos”.
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