Domingo 12 de Febrero del 2012.
La mañana amaneció muy fría, Mónica y yo nos miramos fijamente
y nos dimos cuenta que ambos estábamos pensando en lo mismo “Vaya frio que
vamos a pasar hoy”, desayunamos bien calentito, nos abrigamos y nos pusimos en
marcha.
Habíamos quedado con Carlos, Ali, Oscar y Naghy en Saron,
sobre las 9:00 de la mañana, cuando llegamos ya estaban todos allí esperándonos,
les pillamos en las manos con un par de juegos de raquetas y crampones,
nosotros no habíamos tenido tiempo para alquilarlos, por lo tanto esperamos que
no habría demasiada nieve.
No sabíamos todavía muy bien dónde íbamos a ir, pero al
final Carlos como siempre, propuso ir a la Vega de Pas, a visitar “La Cabecera
del Arroyo de Pandillo” y a todos nos pareció perfecto, a mí me encanto la
segunda parte del plan, comer un buen cocido montañés en “Casa Frutos” en la
Vega de Pas.
Nos montamos los seis en la furgoneta y comenzamos la
aventura, parecía que el día iba abriendo y el sol poco a poco se iba asomándose
entre el manto de nubes, a medida que nos íbamos acercando se empezaba a
divisar a los márgenes de la carretera un manto blanco.
No recuerdo a qué hora llegamos exactamente, aproximadamente sobre las 10:00, nos
empezamos a colocar todas las capas de abrigo que disponíamos, Mónica y yo estrenábamos
nuestras polainas, y nos tuvieron que echar una mano para explicarnos como se
colocaban (vaya montañeros)…
La ruta recorre uno de los afluentes que alimentan la cuenta
del río Pas, el arroyo Pandillo, empezamos ascendiendo por el margen derecho
repleto de jóvenes robles brotando en perfecto orden, una vez superado unos 200
metros de desnivel nos topamos con la pradería de Ruyemas, donde nos empezamos
a encontrar grandes hayas, acebos y matorral de brezos y tojos. Desde esta
explanada accedimos a un prado desde el que pudimos observar a lo lejos una
gran cascada, bastante helada por las condiciones climáticas.
Ya habíamos completado la primera parte del recorrido, ahora
nos tocaba regresar por el margen izquierdo, más sombrío y más boscoso, nos
topamos con mucha más nieve, y en partes del recorrido te sentías como un gran
montañero dado atravesabas zonas sin pisar, la sensaciones eran especiales,
nunca había realizado una ruta sobre la nieve, y llevaba ya mucho tiempo con
ganas.
Continuamos atravesando el bosque de hayas, hasta que
llegamos a un claro en que intentamos divisar el pico Castro Valnera (1.708
metros), pero no fue imposible dado que se estaba metiendo la niebla por las
cumbres rápidamente, Carlos me conto que el club Trajahierro estaba organizando
un kilómetro Vertical, para coronar la cumbre.
Poco a poco fuimos ganando altura casi sin darnos cuenta, de
repente se empieza a perder altura rápidamente hasta llegar hasta el punto inicial,
se descienden uno 400 metros por una pista por la que va cambiando lentamente
su color predominante de blancos por lo verdes del valle del Pas.
Tardamos aproximadamente una media horita en relazar el
descenso, sin descanso nos cambiamos y salimos pitando hacia la Vega de Pas,
para ver si nos daban de comer dado que
ya eran casi las 4:00, pero no hubo problemas, no comimos un buenas alubias con
unos escalópines, para volver a entrar en calor después de un día tan frio.
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