lunes, 26 de noviembre de 2012

Buscando Setas


Sábado 17 de Noviembre del 2012

Las previsiones meteorológicas del Sábado no eran demasiado optimistas, pero nos daba igual, no íbamos a pasar otro fin de semana en casa, teníamos pensado acompañar a mi padre y a mi primo Jacinto, miembro de la Sociedad Micológica Cántabra, a dar un paseo por el monte y de paso aprender un poquito sobre la amplia variedad de Setas que podemos encontrar en nuestros bosques.



Como buenos seteros quedamos pronto sobre las 8:00 de la mañana, tras solucionar un pequeño despiste, enseguida ya estábamos todos en ruta, durante el viaje, nos explicaron diferentes tipos de setas y algún que otro consejo, que siempre vienen bien.



Nada más salir de coche descubrimos que aunque no llovía, la mañana estaba muy fría, soplaba un fuerte viento frio que nos obligó a abrigarnos, mientras nos aproximábamos al  bosque ( lugar que no voy a revelar, como buen setero ),  comenzamos a ver diferentes tipos de setas y como esta vez nos acompañaba un experto, empezamos a preguntar, ¿y esta se come?, o ¿esta es buena?, Jacinto nos explicó que normalmente la gente que no es muy entendida, es lo que siempre pregunta, pero que es más importante saber reconocer las setas más peligrosas, dado que una equivocación las puedes pagar muy cara.



Muy pronto llegamos al bosque, se oía algún perro y disparos, sin duda los cazadores estaban cerca, dentro del pinar nos topamos con un montón de Russulas, son unas setas moradas, muy parecidas entre sí, se caracterizan por que su tronco se parte muy similar a una tiza, probamos un trozo y descubrí que era muy picante.




Poco a poco fuimos topándonos con Lactarius deliciosus, más conocidos como níscalos, esta seta tiene un color anaranjado, y si se ha mojado, se suele agusanar, por lo que hay que comprobar antes de recogerla que este correctas condiciones.




Poco a poco se fueron llenando nuestras cestas, con Lactarius deliciosus y Hydnum repandum o Tripaki (más conocidas como lenguas de vaca),  esta última es una seta inconfundible por sus aguijones debajo del sombrero, suele aparecer en grandes setales.



Ya habíamos recogido bastantes setas y decidimos dar un paseo por el bosque a ver si veíamos algún boletus, y no tardaron en aparecer, Mónica descubrió un  gran setal de Boletus aereus, es un comestible excelente, unas de las especies más codiciadas por los micólogos.



A los pocos minutos nos llama Jacinto, había encontrado un boletus aereus de por lo menos un kilo y medio, cuando lo vimos, nos quedamos sin palabras, nos sacamos unas fotos para inmortalizar el momento, tenía tal tamaño que no entraba en la cesta, por lo que me ofrecí a cargar con ella en la mano.



A continuación Mónica volví a encontrarse con unos boletus Edulis, los recogimos y decidimos volver dado que nunca hay que ser ambicioso en el mundo de las setas, hay que coger las que vayamos a comer.



En el camino de vuelta, os podéis imaginar la alegría que se respiraba en el auto, no parábamos de comentar diversas recetas,  para aplicarlas a la recolecta.



Nada mas llegar a casa, limpiamos bien las setas y las cocinamos, y llego la mejor parte, disfrutarlos!!!


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