Después de la junta anual del club celebrada el
viernes, había ganas de realizar alguna
actividad y que mejor forma que preguntar a Ali, “¿Dónde vamos mañana?” –Yo en
casa no me voy a quedar. Enseguida recurrimos a Carlos que como siempre ya
tenía algo pensado, destino la cueva-mina de Lobeto, en la que podemos observar
una rarísimas concreciones de óxido de cobre, que lo tiñen todo de colores
azulados.
El sábado quedamos a los 12 un poco tarde para ver si se
animaba Oscar y Naghy, como tenía bastante tiempo por delante decidí ponerme el
delantal e intentar preparar una tortilla, el tiempo se me echo encima y
enseguida prepare las cosas y me puse en camino hacia Puente San Miguel.
Allí me esperaban al final solamente Carlos y Ali,
intercambiamos los trastos y enseguida pusimos rumbo hacia Otero, que es donde
está ubicada esta mina-cuba.
Llegamos sobre la 13:00, hacia bastante frio, encontramos
una caseta que habían prepara los obreros para refugiarse las inclemencias del
tiempo, y decidimos comenzar a papear, la tortilla aunque un poco sosa,
triunfo, guardamos un pedacito para merendar, tranquilamente nos preparamos y
nos pusimos en rumbo, sin el equipo de verticales, dado que la cueva es horizontal.
Tras aproximadamente unos 25 minutos andando nos topamos con
la boca de la mina, encendimos nuestras linternas y empezamos la aventura.
La visita comienza por una galería minera algo deteriorada por el tiempo, a unos 10 metros de la entrada hay una pequeña
gatera con la que abandonamos la mina para dar acceso a la cueva, esta zona
transcurre por el nivel freático, observamos las grandes crecidas de los días
anteriores, enseguida abandonamos el cauce del río y nos empezamos a encontrar
las primeras formaciones, estalactitas y macarrones bastante blancos,
inmortalizamos el lugar con nuestras tres cámaras y continuamos el camino.
La cueva me estaba resultando muy fácil de seguir y tenía
zonas muy bonitas, nos encontramos bastantes murciélagos, algunos de ellos
demasiado gordos, por lo que suponíamos que estarían embarazados, Alicia
desarrollo una teoría para poderles diferenciar el sexo.
Casi sin darnos cuenta llegamos al final de la cueva en la
que nos topamos con las famosas formaciones azules de óxido de cobre, me quede
un buen rato observándolas dado que nunca había visto nada parecido, todos nos
queríamos sacar unas foto con un fondo tan especial, y a eso dedicamos por lo
menos una hora, como los grandes fotógrafos pero sin tener ni idea, que si un poco
más de luz, que si no te muevas…. Parecía que en la cámara las fotos se veían bien.
Decidimos ir volviendo poco a poco con el objetivo de
encontrar las dos Simas de la cueva Lobeto II y III, la primera la encontró
rápidamente Alicia, estaba apenas a 100 metros de donde nos encontrábamos, tras
atravesar una gatera, y andar unos metros por un meandro, nos topamos con
Lobeto III, una bonita sima de uno 15 metros más o menos.
Continuamos con el retorno, hasta que llegamos a la galería
minera, ahora decidimos explorar un poco más, la mina tiene solamente unos 100
metros, se puede observar que ha entrado gente a posteriori a picar para
extraer cuarzo, dado que abunda mucho.
Al cabo de 5 minutos volvimos a oír a Alicia que había
encontrado Lobeto II, esta se encuentra al fondo de la galería minera a la
izquierda, superando un nivel, una sima de unos 10 metros con un puente de roca.
Ya era hora de retornar, cosa que hicimos poco a poco, al
llegar a la furgoneta merendamos y nos fuimos a visitar a Oscar y Naghy, para
organizar la jornada del domingo.
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