15 de Febrero del 2013
Aunque el tiempo estaba un poco inestable, Iván me propuso una
bonita excursión por la reserva del Saja, concretamente la ruta del Camino
Viejo de Los Llares a Braña del Moral, con un pequeña modificación con la meta
de hacer el recorrido circular, con aproximadamente unos 26 kilómetros y con un
desnivel acumulado de 1100 metros, la ruta tenía muy buena pinta.
La ruta parte del pueblo de los Llares, en el Valle de
Iguña, situado a 250 metros de altitud, a las puertas del Parque Natural
Saja-Besalla, destacado por su alto valor natural. Desde el pueblo, salimos por
una desviación a la izquierda casi paralela a la carretera que sube al cueto de
Brenes, A pocos metros , y antes de
cruzar el puente, entramos por una cambera a la derecha donde localizamos
el panel informativo que indica el comienzo del itinerario.
El Sendero empieza ascendiendo por la orilla derecha del
río, jalonada por árboles propios del bosque de ribera (aliso, fresno, sauce…).
A los 150 metros en la primera bifurcación ignoraremos el camino que baja al
rio por la izquierda y continuamos por el camino donde predominan castaños y
bosquetes de tocio.
En esta primera parte de la ruta, con el río siempre a
nuestra izquierda, es normal encontrar el suelo encharcado o embarrado, puesto
que existen pequeños regatos, que conducen al Arrollo de las Cortes.
Aproximadamente a un kilómetro hemos de atravesar el regato
por un pequeño puente, para retomar de nuevo el camino antiguo, continuaremos
por este camino aproximadamente otro kilometro para comenzar con nuestra
ascensión.
La pisca poco a poco se va convirtiendo en pedregosa y cada
vez más empinada, vamos dejando atrás el bosque hasta que nos topamos con un
bonito robledal, donde si tenemos un poco de suerte podemos ver algún rebeco.
Cual fue nuestra sorpresa que a partir de este punto nos
topamos con mucha nieve y lo peor de todo bastante dura, lo que dificultaba
significativamente nuestra progresión dado que no disponíamos de raquetas,
enseguida nos topamos con el primer refugio de la manzana, donde recuperamos
nos concienciamos de los que nos esperaba.
A partir de esta punto, la ruta se convirtió de dura a muy
dura, nos organizamos para irnos relevando a la hora de abrir huella, dado que
en determinado puntos te introducías en la nieve más de 30 centímetros.
La ruta nos conducía a la Ermita del Moral, pero ahí fue
donde nosotros nos desviamos hacia el alto de Obios, la niebla estaba muy baja
y dado la cantidad de nieve que había, el camino era muy difícil de localizar,
por lo que optamos por utilizar el GPS, para llegar al alto.
En este punto he de reconocer que me empecé a preocupar dado
que era ya bastante tarde, estábamos muy lejos del coche, había mucha niebla y
para colmo estaba siguiendo las huellas de una manada de unos 6 lobos, por lo
que intentamos acelerar el ritmo todo lo que podíamos, para que no anocheciera
en el descenso.
Cuando llegamos al alto de Obios, la niebla desapareció y
pudimos ver las bonitas vistas de Pujayo, Barcena de Pie de Cocha, el pico Jano…
Ya solamente nos quedaba el descenso, para ello volvimos a
abandonar la pista, y caminamos campo a través, hasta que nos topamos con un
bosque muy bonito en la Peña de Brenes, donde siempre intentando dirigirnos
hacia la izquierda encontramos una pista que nos conduce hasta el Arrollo de
los Llares, de ahí un par de kilómetros y llegaremos al punto de partida.