19 de Enero del 2013
Nuestra llegada a Zermatt fue sobre las 19:00 horas, la
estación de tren está situada en el centro del pueblo y desde allí, pudimos
divisar una multitud de taxis eléctricos y calesas esperando ansiosamente a los
turistas, lo primero que teníamos que conseguir eran CHF dado que el euro no es
válido en Suiza, por lo que una vez con ellos, negociamos con un taxista para
que nos acercara con todo nuestro cargamento al apartamento, nos cobró 30 CHF
por un frenético paseo por las principales calles de Zermatt, dado que era
increíble a la velocidad íbamos por las calles nevadas.
El apartamento como todo en Suiza muy cuidado y con muchos complementos, nos llamó mucho la atención que en el sótano, donde guardábamos los esquís, había un bunker, por lo visto es bastante común en Suiza. Ya con todo medio colocado, cenamos una sabrosa tortilla española y un pedazo de empanada de nuestras queridas madres y nos fuimos a la cama después del largo día.
En nuestro primer día no pudimos ver el Cervino, dado que toda la jornada nos acompañó la niebla y nieve, nos fuimos moviendo por las diferentes sectores de Rothorn y Gornergrat, descendimos hasta Zermatt por bonitas pistas repletas de pinos nevados, también ascendimos por un funicular(Tren subterráneo) que nos conducía desde Zermatt hasta Sunnegga, el mejor momento del día fue cuando decidimos tomar una cervecita en un bar de la estación, teníamos mucho miedo a la clavada que nos iban a pegar, pero al decirnos 6CHF (unos 5 Euros), hasta nos pareció barata.
Después de varios meses de largos
preparativos, por fin llegó el día, nos vamos
Zermatt, para ello hemos quedado 4:45 de mañana para iniciar nuestra
primera etapa del viaje, mi pobre hermana, es la que se ha ofrecido a pegarse
tal madrugón, lo tenemos todo preparado, coche cargado, comida, billetes de
avión y tren…
Por lo que aventura partió hacia
Bilbao al horario establecido, cuando ya estábamos a la altura de Heras, el
viaje se empezó a complicar, David descubrió que se había olvidado los billetes del tren en casa, decidimos
volver a buscarlos aun sabiendo que teníamos el tiempo muy justo, pero ahí no
quedaron nuestros problemas, dado que yo por casualidad descubrí que mi DNI
estaba caducado, rápidamente llame a Mónica y ella me acerco el pasaporte a un
punto intermedio.
Una vez superados estos percances
de ultimísima hora, volamos hacia Bilbao y conseguimos coger por lo pelos nuestro
primer avión hacia Frankfurt, allí esperamos un par de horas para embarcar
hacia Ginebra, teníamos que coger un tren en el mismo aeropuerto que nos
conduciría hasta VIsp, de allí un bus(había problemas con el tren directo)
hasta Stalden, donde volvimos a coger otros tren de cremallera que nos condujo
hasta Zermatt.
Durante el trayecto desde la
ciudad de Stalden, en el ingenioso tren de cremallera que sirve para poder
circular por vías inclinadas, el tren nos conduce por un abrupto acantilado,
divisando pequeños típicos pueblos Suizos, yo disponía de una novela, pero no era el
momento de leer, sino de disfrutar del paisaje.
Zermatt es un pueblo alpino al
Sur de Suiza, enclavado en un estrecho valle, rodeado de cumbres que superan
los cuatro mil metros de altura. Cuenta con unas de las estaciones de esquí más
famosas del mundo. El pueblo está formado por multitud de cabañas de madera con
tejados negros de pizarra repletos de nieve. En la calle principal
Bahnhofstrasse, hay hoteles y tiendas de lujo, restaurantes que ofrecen fondues
y otros tipos de comidas exquisitas. El pueblo está libre de automóviles y
gases nocivos, por lo que todos sus vehículos son eléctricos o calesas
arrastradas por caballos.
Desde Zermatt podemos divisar el
pico Matterhorn o Cervino, podrás ignorar su nombre, pero es imposible no
conocerlo, es sin duda la montaña más
conocida de los Alpes por su espectacular forma de pirámide, marca la frontera
entre la localidad Suiza de Zermatt y la Italiana de Breuil – Cervina.
El Matterhorn con 4478 metros fue
escalado por primera vez el 14 de julio de 1865, después de muchos intentos
fallidos, Edward Whymper junto con otros 6 compañeros lo lograron coronar por
la ruta Hörnli, Sin embargo, en el descenso Hadow se cayo, los siete estaban
atados juntos, y podrían haber muerto, pero la cuerda se rompió, y envió a la
muerte a cuatro de los montañero 1400 metros más abajo, todos ellos se
encuentran enterrados en el cementerio de Zermatt, desde esta fecha han muerto
más de 500 montañeros intentado alcanzar una de las cumbres más espectaculares
del mundo.
El apartamento como todo en Suiza muy cuidado y con muchos complementos, nos llamó mucho la atención que en el sótano, donde guardábamos los esquís, había un bunker, por lo visto es bastante común en Suiza. Ya con todo medio colocado, cenamos una sabrosa tortilla española y un pedazo de empanada de nuestras queridas madres y nos fuimos a la cama después del largo día.
El despertador sonó a las 8:00 horas, lo primero que hice
fue asomarme al balcón a disfrutar de las vistas del Cervino, pero con un poco
de desilusión descubrí que el día estaba muy cerrado y no paraba de nevar, como
era la primera jornada y teníamos muchas ganas de esquiar, nos equipamos y
cogimos el autobús, la idea era subir en el mítico tren del Gornergat.
The Matterhorn Railway es el tren de Cremallera más alto de Europa, asciende desde el centro del pueblo de Zermatt hasta el pico Gornergrat a 3.089 metros de altura, en su ascensión atraviesa la estación de esquí dejando a un lado el pueblo de Zermatt y al fondo el pico Matterhorn.
The Matterhorn Railway es el tren de Cremallera más alto de Europa, asciende desde el centro del pueblo de Zermatt hasta el pico Gornergrat a 3.089 metros de altura, en su ascensión atraviesa la estación de esquí dejando a un lado el pueblo de Zermatt y al fondo el pico Matterhorn.
Zermatt – Cervina conforma una de los mejores dominios
esquiables de todo el arco alpino. Tres grandes áreas (Rothorn, Gornergrat y el
Matterhorn Glacier Paradise) que suman 350 kilómetros esquiables, con casi un
centenar de pistas y descensos sobre un glaciar que garantiza nieve durante
todo el año, cuenta con el remonte más alto de Europa, un teleférico de
vertiginoso ascenso que alcanza los 3.883 metros del pequeño Matterhorn, desde
este punto tenemos por delante un descenso de más de 2000 metros tanto hacia
los pueblos Italianos de Valtournenche , Breuil-Cervinia o el lado Suizo
Zermatt.
En nuestro primer día no pudimos ver el Cervino, dado que toda la jornada nos acompañó la niebla y nieve, nos fuimos moviendo por las diferentes sectores de Rothorn y Gornergrat, descendimos hasta Zermatt por bonitas pistas repletas de pinos nevados, también ascendimos por un funicular(Tren subterráneo) que nos conducía desde Zermatt hasta Sunnegga, el mejor momento del día fue cuando decidimos tomar una cervecita en un bar de la estación, teníamos mucho miedo a la clavada que nos iban a pegar, pero al decirnos 6CHF (unos 5 Euros), hasta nos pareció barata.
Nuestro segundo día amaneció mucho peor que el primero,
nevaba con fuerza, desayunamos tranquilamente y esperamos a ver si levantaba un
poco, hasta que David le dio por ver las webcam de la estación y descubrió que
en las cuotas altas el día estaba complemente despejado, nos equipamos y
volvimos a buscar el tren, al llegar a la cima del Gornergrat, ahí estaba ¡Por
fin! Conseguimos ver el Cervino, nos quedamos los tres un buen rato extasiados
y comenzamos a sacar fotos a lo loco, la parte superior del pico se encontraba
tapada por las nueves y hacia aún más bonita la panorámica.
Los siguientes días mientras sacudía una ciclo génesis
expulsiva en el norte de España, nosotros empezamos a disfrutar del buen
tiempo, los días amanecían despejados, aunque muy fríos con temperaturas en
Zermatt a 1600 metros de -12 Grados Centígrados, por lo que empezamos a
madrugar para conocer el sector Italiano de la estación.
Para acceder a este sector es necesario al sacar el ski
pass, contratar el plus de internacional, que nos costó la friolera de 440 CHF
por seis días, es conocido por el nombre de su principal pueblo Cervina, aporta
al esquiador unos 150 kilómetros de pistas, bastante sencillas y con buenas
vistas de otra de las caras del Matterhorn, que no es tan imponente como las
que podemos divisar desde Suiza.
Al sector Italiano se accede por el Plateu Rosa 3480, para
ello tenemos dos formas, mediante un curioso teleski para dos personas o desde
el Matterhorn Glacier Paradise, que es el remonte mecanico más alto de toda
Europa con 3883 metros, el problema que suele estar cerrado al mínimo viento
que se levante.
Nuestro objetivo era conseguir subir al Matterhorn Glacier
Paradise, cada mañana antes de coger la telecabina a Trockener Steg, que es la
forma más rápida de ascender a 3000 metros, nos fijábamos en el plano de pistas
para ver si estaba en verde la luz que nos indicaba si estaba operativo el
teleférico que ascendía a Matterhorn Glacier Paradise, esto no sucedió hasta el
ante ultimo día, algunos ya habíamos perdido la esperanza, pero el jueves al
fin lo logramos.
Para acceder se hace mediante un gran teleférico con la
capacidad de unas 100 personas, que en pocos minutos supera casi 900 metros de
desnivel, y nos deja en mitad de una gran obra de ingeniería, una gran cueva
que atraviesa la cumbre de la montaña, desde allí hay un mirador en el que se
puede disfrutar de una buena panorámica de casi toda la estación, eso si, a
unas temperaturas extremas unos -25 Grados cuando estuvimos nosotros.
Una vez inmortalizado el momento llega lo mejor, bajar, para
ello nos deslizaremos por mitad de un glaciar del que se puede disfrutar durante
todas las estaciones de año.
Ya llegamos a nuestro último día en Zermatt, decidimos
cruzar la estación de un extremo a otro, desde el sector Italiano de Valtournenche, donde aconsejan desayunar un
buen bombardino, hasta el sector Suizo de Rothorn, para ello calculamos que nos
iba a llevar todo el día, pero la verdad que la estación se recorre enseguida y
nos dio tiempo de volver a disfrutar de las pistas que más nos habían gustado.
Como buenos españoles, dejamos las compras de los recuerdos
para el ultimo día, decimos ir al Migros un supermercado situado en el centro
de Zermatt, donde los precios son algo superiores a los de España, pero tampoco
desorbitados, compramos imanes, chocolates, queso y una navaja Victorinox.
En resumen Zermatt es un pueblo mágico, que te transmite
algo que consigue que por un momento te
olvides de los problemas de tu vida cotidiana, os recomiendo que lo tengáis muy
en cuenta a la hora de planificar vuestras futuras vacaciones, y no pensando
solamente en esquiar, dado que en verano también consta de muchas actividades
orientadas a todo tipo de públicos.
Menos mal que estaba todo planificado! jeje.
ResponderEliminarSin duda un viaje espectacular.
Ya sabes que yo siempre sorprendo Carlos!
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