21 de Octubre del
2012
Continuando con nuestro fin de semana activo, el domingo por
la mañana quedamos con Carlos, Ali y Belén nos fuimos a visitar las Cascadas
de Lamiña, la idea era realizar una ruta dominguera y después degustar un buen
cocido montañés, en uno de los restaurantes de la zona.
Como la ruta dura aproximadamente unas tres hora, no hizo
falta madrugar y sobre las 9:30 estábamos en el punto de encuentro, nuestra excursión comenzó en Lamiña es un pueblo del municipio de Ruente, en el que
podemos observar una serie de viviendas tradicionales con sus balcones y vigas
talladas, alguna con una inscripción del 1743.
Comenzamos nuestra ascensión por una pista hasta que nos
topamos con un cruce bien señalizado en el que nos tenemos que desviar hacia la
derecha para poder ver las famosas cascadas o Saltos de Úrsula.
Aquí podemos observas tres cascadas que en esta ocasión tenían
bastante agua dado a las lluvias de estos días, nos sacamos unas fotos, y
continuamos con nuestro recorrido, el objetivo era llegar a Barcenillas y de ahí
volver a subir a Lamiña que era donde habíamos aparcado el coche.
Durante el camino nos topamos con bastantes castaños cosa
que aprovechamos para llenar las mochilas con unas suculentas castañas.
A un par de kilómetros antes de llegar a Barcenilla, nos
topamos con el cartel que nos indicaba, la ruta de los Foramontanos.
Los Foramontanos son gentes procedentes del norte de la península
ibérica, con las que en el siglo IX se repoblaron El Bierzo y las tierras del
norte de la meseta del Duero, que quedaron muy vacías tras la guerra con los
musulmanes y el Reino de Asturias en los primero años de la Reconquista.
Nos desviamos por esta senda, dado que según los planos que poseíamos
esta nos conduciría al pueblo de Lamiña y así evitaríamos el tramo de carretera
que hay desde Barcenilla.
El camino estaba muy abandonado, dado que no debe ser muy
transitado, pero la verdad que fue bonito, repleto de setas de todos los
colores y muchas castañas.
Enseguida estábamos de vuelta en el coche, ya con ganas de
comer, cosa que solucionamos rápidamente en un restaurante del municipio.
Ya con el estómago lleno, Carlos nos llevó a conocer la
surgencia que mana en Ruente, nos contó su historia “Cuenta la leyenda que una
vez al año esta surgencia deba de manar unas hora, para volver a recuperar su
caudal seguidamente”, busque información sobre el tema y parece que aún sigue
siendo un misterio de nuestra tierra.
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