26 de Enero del 2013
Antes de dar por prácticamente concluido nuestro viaje a Suiza, Zermatt Cervinia, dedicamos nuestro último día a visitar la ciudad Suiza
de Ginebra.
A los pies del lago Lemán, en la desembocadura
del Ródano y con los Alpes como telón de fondo, descubrimos
Ginebra. Convertida en uno de los principales centros financieros y
diplomáticos mundiales –alberga la sede de numerosas organizaciones
internacionales-, la ciudad nos muestra una imagen idílica. Numerosos parques,
un casco antiguo de calles empedradas y rincones con encanto, una capital
moderna y elegante, repleta de espectaculares edificios reflejados en las
aguas, tiendas de lujo y mucho más…
Ginebra también es conocida por sus famosos relojes. El “punzón de Ginebra” es
un sello de calidad que sólo se otorga a una gama muy selecta de relojes. En
Ginebra se habla principalmente el Francés, dado que la ciudad perteneció a
Francia durante un corto periodo de tiempo.
Para llegar a Ginebra utilizamos al línea férrea que nos
conduce directamente desde Zermatt hasta el centro de la ciudad, una vez allí,
como íbamos cargados con todo el material de esquí, decidimos utilizar las
taquillas de la estación, por 9 CHF cada una, alquilamos un par de taquillas
donde pudimos guardas nuestras maletas y botas, por guardar los esquís nos
querían cobrar una barbaridad y decidimos cargar con ellos.
Según el mapa, nuestro hotel estaba apenas unos 500 metros
de la estación, pero como uno ya esta demasiado acostumbrado a las nuevas
tecnologías, no fuimos capaces de localizarlos sin la ayuda del GPS de David.
El hotel (por llamarlo de alguna forma), es una especie de
Hostel, por un precio de 140 CHF, nos facilitaron una habitación para los tres,
que no disponía de baño, pero hay que reconocer que estaba bastante limpia, en
ese momento me pareció muy caro, pero luego iba a descubrir que los precios de
ginebra son realmente desorbitados.
Como era la hora del almuerzo, nos comimos un bocata en el
hotel y salimos a dar una vuelta, aunque sin duda la imagen más asociada a Ginebra
sea la del lago y su Jet d’Eau, nosotros iniciamos nuestro particular viaje
paseando por el caso antiguo, nos topamos con la Catedral de San Pedro, data
del sigo XII, a continuación continuamos por la Place du Bourg de four, una concurrida
plaza que sirve de punto de encuentro de muchos Ginebrinos, allí decidimos
tomar una cervecita, pero se nos quitaron las ganas al descubrir que cada caña
valía la friolera 9,5 CHF.
Continuamos nuestra visita ya por las calles más comerciales
de Ginebra, repletas de tranvías, trolebuses y mucha gente, nos llamó la
atención, que al ser sábado todos las tiendas, incluidos los centros
comerciales a las 18:00 estaban cerrados, de repente la gente desapareció,
nosotros no habíamos cenado y el único sitio que encontramos fue un Mcdonals,
que nunca fallan.
A la día siguiente como el vuelo partia por la tarde,
dedicamos todo la mañana a pasear alrededor del lago Lemán, nuestro objetivo era poder ver el JET D’Eau,
que es el atentico emblema de la capital, esta fuente artificial está situada
en medio del lago, bombea agua a unos
140 metros de altura, con lo que consigue ser admirada desde cualquier parte de
la ciudad.
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